Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan para que no las puedas convertir en cristal. Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo. Ojalá que la luna pueda salir sin ti. Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta. Ojalá pase algo que te borre de pronto: una luz cegadora, un disparo de nieve. Ojalá por lo menos que me lleve la muerte, para no verte tanto, para no verte siempre en todos los segundos, en todas las visiones: ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.
Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda. Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz. Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado. Ojalá que el deseo se vaya tras de ti, a tu viejo gobierno de difuntos y flores.
Como la mira!, que mezcla de admiración y ternura. Ella, apenas sus miradas se rozan, se arrebola, tímida sonríe y baja los ojillos. Juguetean con los pies bajo a mesa, y atenta y tierna le arregla el pantalón mientras procura esconder su mirada de la mía. Él se la come con los ojos, con las manos, todo el cuerpo es un universo de señales. Es un quiero y no puedo de despertar del hombre y se muestra, la muestra orgulloso y solícito. Tiene su sonrisa un algo de presuntuosa dicha, a partes iguales. Dichoso el que camina de la mano del pasado, el presente y el futuro. Aquí mi padre, aquí mi vida. Y sin palabras, en un momento comprendo todas y cada una de las cosas que hablamos cada noche, todos esos volcanes que le estallan en el pecho. Apuran la coca-cola mientras no paro de soltar obviedades y bromas, para no tener que apartar los recuerdos, y mientras ellos se levantan y se van. Hay tantas cosas que decirse, tantos tactos que explorar, tantas risas por reír. No se que decirles, soy feliz mirándolos, casi se me llenan los ojos de lágrimas viendo como se alejan de la mano, tan jóvenes, tan tiernos, con tanto que dar y recibir. Cuidado, cuidado, que mi corazón esta colgando en tus manos. La vida acecha tras las esquinas.
Piel de melocotón que daña si la extraño Todo lo que supone tener tu piel tan cerca Tobogán, balancín, plenitud de las horas esperando en mi lecho con las manos abiertas Piel de melocotón, tacto germinativo que nutre de calor las aguas de mi alberca claridad boreal que se enciende en mis dedos porosidad de luz, epidermis perfecta. Piel de melocotón, al paso de tu manto vive la calidez y muere la azucena abre y cierra el deseo la cortina del hombre con los brazos vacios y la boca tan llena. Piel de melocotón, denso tapiz que cubre al alma que respiro, todo lo que me entrega el roce de esa línea frugal, desliz, suspiro meridiano en mi mundo, liberación, cadena. Piel de melocotón que hace sentirse pleno Espacio en que recuesto la nube de mi pena Dominio que manejo, cristal de mi reflejo donde me siento cal, siendo solo de arena.
Gracias a mi amiga Charo(je,je) he descubierto un sitio que me hace mucha gracia. Se llama No se deprima, debatalo en rima, en Facebook. Como eso de rimar es mi debilidad, pues eso, que piqué.Proponen temas sobre los que debatir, pero siempre en verso, y me lo paso pipa.Aqui os dejo dos ejemplos con los que partcipé.Calidad, lo que se dice calidad, pues ya veis, pero me parto, eso si.
que es más malo que la tisis? la crisis¡¡ quedó la cuenta en enero? a cero¡¡ Pues se empeña Zapatero en pintarnoslo tan claro y en hacer más llevadero crisis, recesión y paro.
Donde se irá este gobierno? al infierno¡¡ a donde la economía? a la vía¡¡ Si gastan con alegría lo que quedó en los arcones volverá la guerra fria economía de cojon....., eso¡
Hoy lo que manda es la céja y el ministro Desatinos si en el empeño no ceja nos veremos tras la reja de pedir por los caminos.
Perdimos la convergencia donde quedaron las luchas que libraron con urgencia gobiernos de conveniencia hasta romper nuestras huchas.
Las crisis van con la zeta zeta de mal y de hambre mucho paro en la gaceta sin euros, y sin pesetas bailamos en el alambre
Me senté esta tarde en el parque. A solas, mi silencio y yo. Me descubrí mirando la nada, las gotas imposibles de agua del surtidor seco, las rosas de los los rosales ajados, mirando atrás sin ira. Paseo los jardines morenos del Generalife de nuevo, con su corona blanca sobre encima, resonaron los ecos apagados de rincón donde soñaba Lindaaraja, y el rumor de los chorros de oro que escupen los leones en la fuente. De un soplido apagué la vela de la torre roja, con Granada a sus pies y agoté de un mismo trago los aljibes profundos y sombríos donde bebí una vez mis esperanzas. Se oscureció el pórtico marmóreo y blanco del palacio real, y sus columnas inclinaron de pronto su hermosura. Mirando atrás sin ira, con una nueva ruta en las alforjas no amargan los recuerdos, se agradecen. Piso otra vez la arena de la playa donde el palo subasta su pescado en un trajín sonoro y espontáneo, y las casas blancas del Rincón, y el profundo azul del mar en calma. Gibralfaro y su muralla mira abajo desde los dientes de sierra que lo colman, y el parador al fondo de los pinos, con miradores azules y violetas. Panorámica de veinte años esta tarde, cuando despierta el eco de un nuevo camino, la mochila repleta de recuerdos que duelen o se ciegan a retazos. Las palmeras del Nilo se cimbrean, el viento las escora hacia poniente, las mismas que se mecen en la sala del gran Karnak, oh rey de reyes. Una góndola cansina, solitaria navega el gran canal por donde paso y el Dux y su palacio me contemplan y pifian los corceles de San Marcos en su dosel de oro y agua dulce. Recuperan prestancia pétrea y elegancia las columnas ciclópeas de Fidias que hicieron del Partenón espejo y cuna del más alto esplendor que se recuerda, abarrotada el ágora de sueños, procesiones de Cariátides y vino, Atenas y su Acrópolis me miran. Voy soplando cenizas en Pompeya, y apagando los fuegos del Vesúbio, esta tarde me giro hacia el pasado y despido lo que pudo ser y no fue, pero fue y así mismo lo recojo. La brisa empuja los molinos de cartón- piedra que los turistas visitan en Mikonos, y el pelícano ríe y despereza su plumaje, espera de mi mano una caricia y un trozo de pescado. Sonrío de repente mientras miro las falucas en el río, hinchadas de calima y desplegadas como sábanas sus velas, impolutas, enormes, entregadas, y los núbios cantando sus canciones, Elefantina, piedra y agua, agua y piedra, escalofrío Y no temo sentir un velo húmedo en mis ojos, nos es de pena, es alegría, alegría de vivir y haber vivido, de dar gracias a Dios por lo encontrado, y también por que no, de lo perdido. Mirando atrás sin ira, me senté esta tarde aquí en el parque, hice añicos los billetes ya gastados, los resguardos de vida que tenia que alguna vez usé quedaron rotos, Tengo reservas nuevas para un viaje, y me sopla el sombrero nueva brisa, mis pómulos enrojecen nuevamente y otra luz ilumina mis pupilas.
Dices más cuando callas, bendita luna llena que alumbraste mis días y la luz me regalas Dicen más esos ojos cuando miras, serena las plumas que tejiste para crear mis alas. La paz que me contagias, esa virtud morena con que tocas el mundo a donde me trajiste tejedora de sueños, me zurciste la pena las plumas, la esperanza y mi sangre tan triste. Que calidez del alma, que solidez de abrazo que calor en los besos, manantial de cariño de donde se alimenta y crece nuestro lazo sobre el que me sostengo desde que era un niño. Quien lamiera el azúcar que se liba en tu luna Quien nadara en tus aguas plenitud de ternura adonde fue la mano que bailaba mi cuna donde fueron las nanas tan llenas de dulzura. Nunca pensaste, madre ahorrarte los dolores fue tu dolor de parto como una poesía. Ya no manan tus pechos ya no te mandan flores y sin embargo madre me pares cada día
Ellas me hacen libre cuando dejo que vivan, que salgan de mi boca o caigan de mis dedos como una lluvia fina que sin mojar me cala. Pero a veces son barrotes de la cárcel de alma y nos cierran el paso, encadenan la vida. Mis palabras me hacen, soy mis palabras. , todos y cada uno somos aire exhalado en fonemas y sílabas, en renglones y líneas. Palabras, gran invento. La distinción del hombre de cuanto lo rodea