No parece trivial y lo parece palparse los bolsillos en busca de una idea para asirse Cuando suenan los cuernos y aúllan los mastines a lo lejos cuando viene la aurora de la pólvora que dejan los disparos de unos besos. la vida es un cartucho de fogueo.
A veces, cuando doblas esa esquina aparecen los ojos de la luna con las cuencas vacías de promesas. Ya no te queda nada por mirarte no te sostiene el filo de tu cuerpo no dejarás de ser, no ser, posarte allí donde se sientan los más tristes a la espera de un ultimo saludo.
Gesto final, en un intento vano de asumir elegantes la derrota y no encontrar las asas a la vida aparece en el rincón más olvidado en la memoria gris de tu ignorancia aquello de lo que tú fuiste creado sonido, niebla, luz, abierta herida un último trapecio que gravita
Ellas me hacen libre cuando dejo que vivan, que salgan de mi boca o caigan de mis dedos como una lluvia fina que sin mojar me cala. Pero a veces son barrotes de la cárcel de alma y nos cierran el paso, encadenan la vida. Mis palabras me hacen, soy mis palabras. , todos y cada uno somos aire exhalado en fonemas y sílabas, en renglones y líneas. Palabras, gran invento. La distinción del hombre de cuanto lo rodea
No hay comentarios:
Publicar un comentario