Tiene los ojos como alas ateridas,
y rejas por pestañas. Cuando mira
sientes dos aletazos, dos heridas
negras en un azul grisáceo que expira.
Tiene dos rayos blancos, dos medidas,
dos calibres de luz en la pupila.
Tiene dos pozos claros y dos vidas;
su mirar claroscuro tiembla y rila
Tiene dos luminarias hacia dentro
y son dos llamaradas de ceniza,
opaca la ceniza, y argentina.
Una gama de claros en el centro,
pero hacia afuera el negro se amortiza.
Claro y negro. Y el ojo te fulmina
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