Arlequin

Que pudiera hacer más sobre lo que no viste,
unos ojos del yo siempre miran lo mismo,
si el criterio de ti sobre el filo que pende
de los hilos de trapo, marioneta tan triste,
Arlequín taciturno que baila en el abismo
que marca Colombina si la mano le tiende.

No podré ser rival para Pierrot, no quiero,
mis retazos de tela, cuadros descoloridos,
no podrán completar tu gama de colores.
Importará lo justo si me siento que muero
si es grande el Carnaval, y todos tus sentidos
giran en un crisol de múltiples dolores.

Más quisiera Arlequín que servir a dos amos
pero la vida no es la isla de los esclavos
ni la máscara negra quiere tapar mi cara.
De la vida venimos, de la vida nos vamos
y vengo de una vida sujetada en los clavos
donde ardió mucha parte de mi dorada vara.

Hoy me visto de tela que cosí con mis manos
Hell y King, Arlequín, procedo de un infierno
donde reinó otra reina, donde morí despacio.
Me duelen los terrenos que no son tan cercanos
que me hielan el alma, ya viví en un invierno
donde todo era frío flotando en el espacio.

La parte de demonio que me ha tocado en suerte,
la blancura del gorro que me cubre no tapa
las carencias que enseño de un ánima vacía.
No río aunque parece, y puede ser mi muerte
la esperanza de vida que de tu piel se escapa.
Pero Arlequín ya supo que de esto moriría.