Si me quedara piel para cubrirte si tuviera otro cuerpo que entregarte si no fuera calor lo que prendiste si alcanzas a entender de la locura que en mi sangre caliente provocaste.
Si el olor a limones con que matas y matas con tu porcelana de cintura si no mirara el brillo de cordura con el que mis locuras arrebatas.
Si lograra sentirme en ti tan muerto como vivo la vida de tu pecho y si viviera en tu carne como muero en el lecho tan azúcar, tan sal de piel salada y yo me siento nada cuando me encuentro cierto y cansado en el reposo de tu almohada.
Si subes y me dejas caer por el abismo de tu fuego si yo pudiera ser a cada paso el enérgico oleaje con el que a ti me entrego Si me prestas las cejas los labios con su juego y el callejón de vida en donde muero, sobre la piel canela de tu cuerpo me volvería candela sería tatuaje.
Ellas me hacen libre cuando dejo que vivan, que salgan de mi boca o caigan de mis dedos como una lluvia fina que sin mojar me cala. Pero a veces son barrotes de la cárcel de alma y nos cierran el paso, encadenan la vida. Mis palabras me hacen, soy mis palabras. , todos y cada uno somos aire exhalado en fonemas y sílabas, en renglones y líneas. Palabras, gran invento. La distinción del hombre de cuanto lo rodea
1 comentario:
Insisto: uf...
Es que no puedo decirte mucho más, Luis (bueno sí, que eres un poetazo)
Un abrazo.
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