lunes, 25 de noviembre de 2013

Niñez I

 
Que fue antes, el niño o el poeta
o fue el poeta niño, quien lo sabe?
En la mente del niño todo cabe
el nido de aquel árbol, la veleta,
el verso inacabado de ese cielo
que monta en bicicleta
por esa lejanía ancha y llana.
Hay recuerdos de tiza por el suelo,
del sabor a manzana
del huerto de la abuela.
Y del olor que deja la cazuela
en la lumbre ya puesta, !que consuelo!
de la comida sana. Y la mañana
subido en la morera vieja y alta
nunca jamás me falta
el grito de mi madre y del abuelo.
Más la sabrosa y dulce mora
sabe mucho mejor si esta lejana
y se cae de madura.
Y la breva, que en el vientre atesora
la precipitación dulce del higo
la serena hermosura
que en el riego consigo
de subir a la cumbre de su altura.
Me emocionan los libros, la lectura
hace los dedos huéspedes, y un libro
me hace soñar despierto. Me equilibro
sumando a tantas letras las que creo
y en garabatos dejo en los papeles.
Desde que tengo dedos son claveles
desde que miro pájaros los veo
cometas coloridas en el viento.
De letras y palabras me alimento
Pero soy niño, y en niño corro y río
juego al tranco, a la raya y a la cuerda
El patio de la escuela me recuerda
las risas y las chanzas cuando crío,
los enfados de Santi y el contento
de volver a tenernos al momento.
Cae el geranio abierto, y los rosales
regados de la escarcha con la aurora
dan a la abuela Luz, la luz que pide
para el mandil tan negro. Y a raudales
se derrama la tierra y no se mide
la generosidad de los barbechos
para la siembra nueva y soñadora.
Aire limpio y callado de los pechos,
y la mirada limpia, sosegada.
Ya esta la mies segada
y la parva en la era está extendida,
ya es la cosecha y su provecho.
Se hace agua la frente de mi padre
perlada de sudor. Mueve a la vida
y a que la vida cuadre.
Miro su planta alta y ofrecida
a un futuro más cierto y más seguro
saliendo del presente mas oscuro
de una tierra que no regala nada.
En verano la noche esta estrellada
y la gente que espera su futuro
saca el hoy a la puerta, pueblo llano
que en la calle refresca su solano
Los niños en la noche calurosa
jugamos por las calles, y es hermosa
la primera mirada, el primer paso
hacia esa niña, esa, y de su mano
sentir una victoria y un fracaso.
! Que ingenua la belleza! Que gozosa!
y que inseguros sientes esos ojos!
Las paredes, las puertas, las macetas
pasan de los oscuros a los rojos
los grises de repente son violetas.
Hay una calma chicha en los rastrojos
y canta la cigarra enfebrecida
con el roce primero de la vida
y los labios parecen dos cometas.
Ya barrida la puerta, ya regada,
las hogazas calientes y en la mesa
mi madre nos despierta y hace lumbre.
Valle moreno, llano tierno, cumbre
manantial de lo claro, ser, promesa
dulzura fuerte y suave llamarada.
Sin mi madre me vuelvo casi nada
y cada día siento que me alumbre.
Diosa negra, dulcísima mirada
que fecunda los días cuando besa.
 
 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Eclipse

 
 
"autin lunae veneficia arguente mortalitate
et ob id crepitu dissono auxiliante"
Plinio el viejo.

Roja luna que esconde y es más rojo
lo que oculta rojísimo lo vivo....
En el eclipse rojo que percibo
no hay una luna blanca, solo enojo.

No hay una luz brillante hacia mi ojo,
solo girar las vueltas del tiovivo.
Es como la cadena del cautivo,
como la paja vieja del rastrojo

Se enrojece la luna, ya tapada
y se muere de muerte equivocada
mientras se niega el cielo, oscurecido.

Las nubes que te esconden, consumido
el fulgor de tu luna, ya vencido,
no dejan que amanezca tu mirada.
 
 

La Almarcha

No es más alto el azul desde la ermita
ni San Antón más viejo, ni el Calvario
hace más claro el cielo de mi barrio
Ni en la Iglesia la luz se fagocita....

Tumbado en la ladera, necesita
de otra ermita en el este, y a diario
en el lugar que Airón puso un acuario
va San Bartolomé y lo delimita.

Mancha en la mancha, y en la loma
donde granan los trigos, y la escarcha
cubre de plata el rojo en la amapola.

Viene a vivir en paz el que se asoma
a la paz de las calles de la Almarcha.
Y que la muerte siga viajando sola.

Dime luna

Pandereta de siglos para dormir al hombre
preso en el corazón mudo del universo.
Media manzana de oro para que el niño coma
hasta sentirse eterno.
Árboles, puentes, torres, montes, mares, caminos.
Y todo a la deriva se irá desvaneciendo.
Cuando ellos ya no vivan, en el espacio, libre,
tú seguirás viviendo.
Y cuando nos cansemos (porque hemos de cansarnos).
Y cuando nos vayamos (porque te dejaremos).
Cuando nadie recuerde que un día nos morimos
(porque nos moriremos),
pandereta de siglos para dormir al hombre,
media manzana de oro que mide nuestro tiempo,
cuando ya no sintamos, cuando ya no seamos,
tú seguirás viviendo.
José Hierro
 
 
Tú, gran funambulista de la noche
trapecista redonda, gran canasta
donde guardar los sueños
y hacinarlos como si fueran mieses.
Gran parva de los cielos
trillada y ya hecha harina
dime tú que pensaste
sobre este escalofrío.
Gran granizo celeste
colgado sobre mi, sobre nosotros,
dime luna, a tus ojos
que se ve desde arriba?
Hoy desde el balanceo
que me presta la rama donde grito
déjame tu mirada.
Dime luna, pan blanco allí colgado
plato inmortal, eterno vigilante
puede mirarse el fondo de las cosas
el error, la paciencia, la alegría?
Se ven los corazones?
Hoy solo miro dudas,
las del gato escaldado que te maúlla
y no tiene respuestas.
 

Related Posts with Thumbnails