"Mira que el miedo nos hizo Cometer estupideces Nos dejó sordos y ciegos Tantas veces
Y un día después de la tormenta Cuándo menos piensas sale el sol De tanto sumar pierdes la cuenta Porque uno y uno no siempre son dos Cuándo menos piensas sale el sol
Te lloré hasta el extremo De lo que era posible Cuándo creía que era invencible
No hay mal que dure cien años Ni cuerpo que lo aguante Y lo mejor siempre espera adelante
Y un día después de la tormenta Cuándo menos piensas sale el sol De tanto sumar pierdes la cuenta Porque uno y uno no siempre son dos Cuándo menos piensas sale el sol"
Y no dudes que entonces, nosotros estaremos aquí, cerquita, para sujetarte la sombrilla.
"El futuro no es
una página en blanco
es una fé
de erratas.
De vez en cuando es bueno
ser consciente
de que hoy
de que ahora
estamos fabricando
las nostalgias
que descongelarán
algún futuro."
Pienso que no comprendes que lo comprendo todo, que todo lo que veo lo asumo como propio, lo siento como mío.
Pero, eso sí, nunca me escuchas.
Tu, precisamente tu, que sabes de mis brumas, que has secado en silencio la lluvia de mis nubes, expectante, generosa en palabras, espléndida en consuelos.
Tienes repleto el pecho, colmados los bolsillos del alma, de una pasión suave por la vida, de una fuerza arrebatadora que ocupa tus días y tus noches en los alrededores del ser humano.
A veces te rebosa y sale por tus ojos. Entonces yo te miro y envidio lo que veo.
Y no digo autoestima, ni siquiera seguridad en ti misma, que sé que no la tienes.
Ni digo tan siquiera aceptación gozosa, valoración, soporte, orgullo.
El motor que te mueve, generosa polea que empuja tu coraje de vivir es el amor.
Amas como yo nunca soñé en hacerlo, desde el fondo de un pozo que tienes ahí adentro que nunca se ciega, inmenso manantial de ternura para regarnos a todos.
Y creeme si te digo que me resultaría del todo injusto que un solo individuo, sea quien fuera, dispusiera en exclusiva de ese gigantesco caudal.
Tu mérito mayor esta en canalizarlo, ramificarlo en todas las direcciones a las que te es posible acceder desde tu cuerpecito aparentemente frágil.
Veo, veo, no te quepa la menor duda.
Pero lo que valoro es lo que intuyo.
Grandeza de espíritu es la palabra.
Ellas me hacen libre cuando dejo que vivan, que salgan de mi boca o caigan de mis dedos como una lluvia fina que sin mojar me cala. Pero a veces son barrotes de la cárcel de alma y nos cierran el paso, encadenan la vida. Mis palabras me hacen, soy mis palabras. , todos y cada uno somos aire exhalado en fonemas y sílabas, en renglones y líneas. Palabras, gran invento. La distinción del hombre de cuanto lo rodea