Primero el pie, después esa mirada... Como goleta atada allí en tu muelle mi paso se encabrita dos instantes en presencia del viento que me llama, pero suave el elixir se sostiene, y en presencia del amor atardecido te suplico bautices mi coraje para luego olvidarlo sin empeño, sin mi nombre quedarme a tu lado con el tuyo como signo suficiente de que soy ya tu hogar tu montaña escalada tu querido mar...
Hay paridades disparejas porque pretenden igualar lo inigualable. Y allí se van corriendo las merinas mezcladas con las churras en un tiempo de lanas híbridas.
Y no se escuchan los balidos en el corral de ovejas mudas donde el pastor se sienta, equidistante y lanza su silbido que es edicto.
Hay lealtades ileales porque arrastran con ellas a sus fieles, sin distinción, ni marca ni consuelo. Pesan como una losa a quien las lleva colgaditas del cuello cual esquila, colgadas en el alma y en la vida.
Hay sensibilidades insensibles por conjugar la vida en solo dos personas verbales, y así es como debe ser, fonética mellada y sueños rotos. A mi me siento con nosotros y donde esta la silla, triste y rota de lo poco que queda para el tu.
Hay columnas inmensas en la nada, porque nada sujetan. Y bailan todo el tiempo en pos de una quimera futurible y solitaria, soportando cual Atlas multiplicado varios universos imaginarios y dolientes.
Hay unos sentimientos encogidos, lastrados en la cerca de uno mismo. Pero si alguna vez, siquiera en lo más nimio, se expande su universo o un atisbo de caos los amenaza, muere la paridad en lo sensible.
Y el corazón leal, doliente y bien nacido dispondrá cada cosa en su sitio, en el orden natural que es el que siente y solo quedará decir amén preñados de impotencia.
Ellas me hacen libre cuando dejo que vivan, que salgan de mi boca o caigan de mis dedos como una lluvia fina que sin mojar me cala. Pero a veces son barrotes de la cárcel de alma y nos cierran el paso, encadenan la vida. Mis palabras me hacen, soy mis palabras. , todos y cada uno somos aire exhalado en fonemas y sílabas, en renglones y líneas. Palabras, gran invento. La distinción del hombre de cuanto lo rodea