

Moogly, nuestra pelusilla voladora.
La pelusa voladora lo llamas, y lo cierto es que tiene más de volador que de pelusa.
Pero la realidad es que él ha terminado de juntar las piezas de este puzzle, ha completado el rompecabezas que nosotros iniciamos y ha terminado de revolucionar una vida ya revolucionada de por si y que estamos viviendo y disfrutando casi con rabia, como sin terminar de creérnoslo.
Y sabes?, soy muy feliz, tanto que podría decirse que a ratos duele esta sensación de gozo que me llena.
Un perro a medias es más que un papel, más que una firma en algo que no representa más que lo que nosotros comprometemos así, sin ella, pero con los lazos más firmes y más honestos que recuerdo, enmarañados en la pelusa de este niño travieso con nombre de chico aventurero y cara de golfillo de ciudad portuaria.
La pelusa voladora, por que nuestra vida vuela sin más horizonte que nosotros mismos ni más ataduras que la correa roja con que lo paseamos a él cuando le apetece por que tú ya sabes quien manda en casa, nuestra casa, y mira, vivir en pecado no es tan malo.