lágrimas secas

Estás ahí Señor?, eres?, existes?.
Permite que lo dude, sin ofender, comprendelo.
No te parece ya suficiente, necesitas más pruebas?
Yo jamás pensé que existieran los milagros, ya me entiendes, los tuyos me refiero, hasta que la conocí a ella.
Sabes de lo que hablo, nunca pude explicarme como podía caber un corazón tan grande en un cuerpecito tan frágil. No hay manera lógica de explicar, de entender, como alguien puede sentir esa necesidad de dar, esa vocación de servicio, esa tremenda claridad.
Solo tu mano es capaz de conceder, así de un soplo, esa gran generosidad, esa grandeza de alma.
Por que, Señor?
En un mundo plagado de cobardes, de mezquinos, de necios, de arrogantes, de viles, tienes donde elegir.
Cuantas gentes conoces que merecen peor trato, que lo han ganado a pulso.
Nunca fui de plegarias y lo sabes, la gente de bien, quien merece la pena, lo vive cada día, lo demuestra a diario, y se nace con ello.
Tu nunca quisiste sepulcros blanqueados.
Desde que la conozco, nadie me vio tan claro, nadie me dijo tanto con tan poco, en ninguna persona me reconocería como lo hago en ella.
Que inmenso corazón, que ternura, que vida, que tremenda energía.
Ella no lo merece, no merece la vida que le vas reservando.
Se merece otra cosa, reír, llorar con alguien, vivir y ser querida.
Ya basta de dolores, que cesen ya sus penas, las del cuerpo y el alma, porque también son mías.
Hazlo por mi, Señor, ya que parece que a ella no la tengas en cuenta.

PD. Lo siento, y ahora ta hablo a ti, si a ti, y lo sabes.
Necesitaba escribirlo, no te ofendas. Te lloro con tus lágrimas secas.