“Miro las volutas subir y mezclarse con las estrellas, que fresca está la noche. Este final de agosto me deja frío, como todos los agostos de mi vida. Ahora es cuando más me gusta el pueblo, callejear lamiendo las heridas que todos los veranos me dejan. Luego me siento allá arriba, y contemplo las luces de las callejas en calma, y un cigarrillo me va fumando de a poco, viendo el rojo de la punta alumbrar mi melancolía y las volutas subir. Una vez que el ruido y las voces cesan, ya cuando todos se fueron, las candilejas de las verbenas han sido sopladas y el amor del turno de guardia no ha sido sino una herida más, otra ocasión para poder sentarme a sentir. Sentir, sentirme otra vez, aquí y ahora, a solas con mi noche y desde el interior.” Pude haber lo escrito a los dieciséis, a los veintisiete o ayer. Retales de una vida, que busco y encuentro en mi. Tener el corazón lleno o vacío, roto, pleno, roto, pleno, en un eterno vaivén, pero tenerlo. Y es que eso siempre fue primordial, sentir el alma para poder perderla a trozos, a retales en cualquier noche de agosto, a la luz de un cigarrillo y mirando las volutas del humo que fue mi vida, ya fumada, subir y subir hasta mezclarse con las estrellas.
es fundamental sentirlo, tanto como vivirlo, ese vaiven tan hermoso como necesario, conserva tu buena salud asi maestro y sigue dandonos tus retales(que ya quiseran muchos telas tan enteras como esas).
Ellas me hacen libre cuando dejo que vivan, que salgan de mi boca o caigan de mis dedos como una lluvia fina que sin mojar me cala. Pero a veces son barrotes de la cárcel de alma y nos cierran el paso, encadenan la vida. Mis palabras me hacen, soy mis palabras. , todos y cada uno somos aire exhalado en fonemas y sílabas, en renglones y líneas. Palabras, gran invento. La distinción del hombre de cuanto lo rodea
2 comentarios:
es fundamental sentirlo, tanto como
vivirlo, ese vaiven tan hermoso como necesario, conserva tu buena salud asi maestro y sigue dandonos
tus retales(que ya quiseran muchos
telas tan enteras como esas).
La poesía de Luis Garcia Montero me ha traído hasta tu blog. Ha sido una grata sorpresa; me gusta como escribes y lo que escribes. Volveré.
Un abrazo. Isabel
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