sombras chinas

Viven en la lisura donde tengo
puestas las ganas de tu risa,
ocres de antigüedad de donde vengo
cambiando hacia el arena de tus manos
a salvo del agobio de la prisa,
unas veces gigantes, otras enanos.

Nostálgicos de todos los pianos
desde la claridad de su negrura
y del sonido negro.
Donde la nitidez está segura
“Andante, presto, allegro”

Cuando la vida de la tarde es más oscura
vienen desde el recuerdo del futuro
surgen desde el proyecto
de un nacimiento más maduro.
El sonido tocable del afecto
en sus notas seguro,
es alegre y perfecto.

Es la sombra un efecto
que descarga en tu boca mariposas
caídas de la nada.
Del silencio de sombras crecen rosas
puntiagudas, perfectas,
ponedoras de luz en tu mirada.
Se miran las paredes envidiosas
de sus curvas tan rectas.

Es una multitud de tres, y suenan
en el silencio mil trompetas claras.
En la ventana se desencadenan
las claridades nuevas de sus caras.
Ahora la luz se pinta en las esquinas
del porvenir del beso.
¡Ay dios si ahora me besaras¡
esta felicidad de sombras chinas
que en mi boca adivinas,
no seria un contraluz travieso.