la edad de oro

Dos guitarras, dos voces, un local pequeño
gente, mucha gente, y unas copas.
Me llegó el mensaje sobre media tarde, Reme siempre se acuerda, y decidí que iría.
La verdad es que aunque los ví una vez en directo no conocía mucho de ellos, él más concretamente.
Solo, fuí solo, no por mi gusto.
La Edad de Oro ya es como mi casa.
Música, buena música, y un sitio con sabor, personal.
Incluso conserva los azulejos de la barbería y unas columnas de hierro
pintadas en azul cobalto.
Siempre que voy me quedo embobado mirando el piano que cuelga
de la pared detrás de la barra. Simbolismos de los ochenta, cuando bailabamos
el ritmo del garaje, los hombres lobo venian de Paris y paseabamos la calle del olvido.
No es que piense que tiene una acústica especial, ni siquiera sé bien como es la gente
es la atmosfera, me llena, optimismo es la palabra, creo que descumplo años cada noche que me acerco por allí.
Entonces era amor moderno, pero sigue vigente. Vivo, estoy vivo, y me siento grande y nuevo.
La edad de oro, buen nombre para expresarlo. Lucho cada minuto por ser lo que era, y sentir lo que sentía.
No tiene nada especial, nada nuevo que no haya en otros locales de copas, solo mis sueños cuando suenan todas y cada una de las canciones con las que me hice hombre si alguna vez lo fui.
Misterios de la edad, o de la mente. Solo eran sueños.....