martes, 26 de mayo de 2009

romancillo pueril(y valenciano)




!Ven a la plaza, a la plaza¡
!ven a la plaza, lucero¡¡
Allí se durmió la noche
y suspira el limonero...

Calle de la Paz, arriba
como pendientes del sueño
casi como las palomas
sobre los tejados viejos,
libres como el aire, libres
presos de dos mil deseos
se van juntando las manos
se miran con ojos tiernos,
ciegos de amarse, agonizan
dolorosamente inciertos.

La luna que los contempla
casi se enferma de celos
ay lunita, cuantas noches,
cuantos días, cuantos cielos
tan arrebatadamente
lloraba él su silencio.
Unos ojos escondidos
tras la penumbra del pelo
otros, como dos milanos
acechan desde el recuerdo
llama eterna, siempre viva
bendito su nacimiento.

La calle de la Cruz Nueva
y sus oscuro pavimento
En Sala, La Nave, Salva
van recorriendo discretos
abrazados, cautelosos
mecidos en el silencio
es un silencio de bocas
desde el grito de dos pechos
bocas que por no besarse
hacen que besen los dedos.

La Plaza del Patriarca
con los naranjos en medio
va dejando que la noche
les descubra su misterio.
En el balcón, una dama
los mira desde el encierro
encerrada por amores
por amores que murieron.
Y les envidia las bocas
que van directas al beso
sueña con ellos los goces
los labios, y su !te quiero¡

1 comentario:

Andaya dijo...

Valencia por la noche tiene esa capacidad, hace volar los sueños. Los pasea por sus rincones,te tropieza con su luna y...estás perdido.

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