miércoles, 28 de julio de 2010

sueño del pelo negro



Quise volar y quise-¡ dulce empeño!-
los mundos capilares de tu pelo.
Quise probar como se peina un sueño.
¿Alguien encierra en redecilla un cielo?
¿Cómo hacer la permanente al viento?

Encuentra alojamiento
el bucle desmayado
-bello desde la punta hasta el cimiento-
en toda tu cabeza y su tocado.

¡Infeliz¡ Quise poner un tinte
de ansias y piel a la hermosura.
¿ Quien conoces que pinte
de algún color la nube de la altura,
si la nube es la más alta y la más pura?

¡Porfiar por alisar lo más hermoso¡
¡Perseguía ensombrecer lo negro
que te corona de aire tan sedoso¡

Me entristezco y me alegro
por intentar ser Dios sobre tus cimas.
Quise un peine de plumas en mi mano.
Quise raíz y bulbo, y quise enzimas.
Y me soñé de tu cabello soberano.

Pero es soñar en vano
Una caótica y cosmética locura.
Lo perfecto parece cotidiano
pero la realidad siempre es más dura.

Amé un desvelo capilar, un grito
de caoba en tu pelo despeinado.
Desee un despeñe de melena, un rito
sobre el blanco del hombro celebrado,
sobrecogido, subyugado.
El vuelo de tu pelo y mi avaricia.
El velo de tu pelo y su caricia.

Soñaba. Todo sueño no acabado
embaraza la noche de codicia
hace los dedos huéspedes, reclama
el bienestar del tacto y de la llama.
Si te culmina un hálito de henna,
boca de lobo negra que me brama,
voz de color y seda de mi pena.
Quise tocar la luz de tu cabello.
Quise, soñé, bañarme en su destello.
Mi baño fue de arena.
Benditos los pecados veniales
donde dejan sus sueños los mortales.

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