martes, 18 de agosto de 2009

miro tu bata blanca


La bata rosa, Sorolla

Ya queda muy poquito para mí de aquella chica suave, delgadita y menuda que hace nueve años conocí.
Si que me fijé en sus manos, de dedos sarmentosos pero seguros y firmes, que aun hoy siguen hablando, expresivos, certeros.
Bulliciosa, tenaz, el mundo a la carrera a lomos de bolsos imposibles donde poder meterse si era necesario refugiarse de una mirada fuera del contexto estrictamente profesional.
Pero aun te sigo viendo así.
Los ojos tan rebeldes como ese pelo tuyo, surtidores, directos, implacables cuando fijan su impacto, pero flor de almendro en mayo si miran hacia un niño, solo desfallecieron en dos o tres ocasiones. Andayá, te recuerdo, pregunte, y bajaste la mirada, por que este corazón había doblado una esquina donde estabas segura, asaltó tu refugio de ideales convulsos, y ya nada nunca fue igual.
Calor de confesionario, pero despojada de hábito, fue creciendo en mi una pasión tan firme, tan voraz, tan inmensa que se elevó en torrente, para beber del pozo que te nace en el centro del cuerpecito enjuto pero a su vez enorme que ya siempre seria el eje de mi vida.
Te sigo viendo así.
Diminuta e inmensa, poderosa y tan dócil, fragante, mi fragancia doliente, la que puebla la vida de las gentes, tomando posesión de la manera más natural de los problemas y emociones que me cercan, asumiendo el dolor de todo aquel que quieres, bálsamo y vitamina.
Ahora se que rincones de tus bolsos encierran lo que yo necesito, y se lo que te tapa, a veces un silencio, una caricia o un sueño.
Te miro como antes, como siempre miré hacia una bata blanca que se hizo a mi medida.
Y ahora tú lo sabes.

PD. Esta mañana casi me mato al tropezar con tus zuecos, menos mal que no estabas.
Te imaginé riendo, meciéndose el visillo, y diciéndome estas……..( pon tu lo siguiente)

1 comentario:

Andaya dijo...

Ays dios...estás "charito" amor. Y sabes que nos hubiéramos reído los dos a carcajadas, como lo hacemos siempre y en cualquier circunstancia.
Leerte por las mañanas, se está convirtiendo más que en una costumbre, en una necesidad. Aun que confieso, que prefiero hacerlo a tu lado, con las sábanas aun pegadas, incapaz de hablar todavía, y a ti trasteandome sin parar hasta que consigues despertarme.
Mi bata, esa bata que a veces tanto nos pesa a los dos, consiguió unirnos en un mismo camino. Y la mujer que encierra, no piensa soltarte la mano.
P.D.
Te quejarás de mis bolsos...pero todo acaba dentro, que lo mismo te saco un fonen, que media farmacia, o un desentornillador. (o una palmera, ya sabes, por si me miras como sólo tú sabes)

Related Posts with Thumbnails