
El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas
ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan
el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes
nunca sabré que espero de él
ni que conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago y sólo el mar puede
salvarme
Mario Bennedetti
Agua hacia el frente. Un aguacero
sobre el silencio. Espumas
Llueven silencios y están lloviendo plumas
para mojar de letras tu tintero.
Agua del cielo sobre este banco austero
donde dejas llover gotas de brumas.
Patético el paraguas que te fumas
con el alma color de cenicero.
Si este árbol de tinta que te llueve
mira al mar, el mar en su belleza
deja la lluvia en un pitillo breve.
Descargarte de lluvias la cabeza
y deja que el paraguas lleve
el peso de su espuma y tu tristeza.
1 comentario:
Mi paraguas está roído y quebradizo…siendo mi cabeza la que lleva el peso de lluvias y tristezas…
Preciosa entrada…
Bsos
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