Todavía quedan restos de humedad, sus olores llenan ya mi soledad, en la cama su silueta se dibuja cual promesa de llenar el breve espacio en que no está... Todavía yo no sé si volverá, nadie sabe, al día siguiente, lo que hará. Rompe todos mis esquemas, no confiesa ni una pena, no me pide nada a cambio de lo que dá. Suele ser violenta y tierna, no habla de uniones eternas, mas se entrega cual si hubiera sólo un día para amar. No comparte una reunión, mas le gusta la canción que comprometa su pensar. Todavía no pregunté «¿te quedarás?». Temo mucho a la respuesta de un «jamás». La prefiero compartida antes que vaciar mi vida, no es perfecta mas se acerca a lo que yo simplemente soñé...
Ellas me hacen libre cuando dejo que vivan, que salgan de mi boca o caigan de mis dedos como una lluvia fina que sin mojar me cala. Pero a veces son barrotes de la cárcel de alma y nos cierran el paso, encadenan la vida. Mis palabras me hacen, soy mis palabras. , todos y cada uno somos aire exhalado en fonemas y sílabas, en renglones y líneas. Palabras, gran invento. La distinción del hombre de cuanto lo rodea
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