sábado, 1 de mayo de 2010

desandar



Empiezo a conocerme. No existo.
Soy el intervalo entre lo que deseo ser y los demás me hicieron,
o la mitad de ese intervalo, porque además hay vida…
Soy esto, en fin…
Apaga la luz, cierra la puerta y deja de hacer ruido de
zapatillas en el pasillo.
Quede solo yo en el cuarto con el gran sosiego de mí mismo.
Es un universo barato.
Fernando Pessoa

Que es después de ser?
Los pies se quedan… ¿queda también el tiempo?
No me pesan los pasos.
Pesa el peso del paso con el tiempo,
Inabordable, Incuestionable, Interminable…
Queda la boca… ¿queda también el beso?
Tengo sabor a beso.
Sabe a beso con el tiempo de las bocas.
Indescifrables. Inabarcables. Insaciables…
Tengo los ojos… ¿queda también la vista?
Sigue fiel a su cita con las luces.
Pero se va apagando el tiempo de los ojos.
Insoportable. Intolerable. Irrecuperable…

2 comentarios:

Andaya dijo...

El Tiempo; impredecible, incuestionable.
Y sin embargo, queda.
Queda la infancia aun que ya no somos niños; las primeras veces, aun que algunas últimas ya llegaron; quedan ilusiones, a pesar de que el recuerdo se vista en ocasiones de decepción.
Y sobre todo, queda la consciencia del Tiempo vivido, lo aprendido, lo que no se olvida, lo que somos y fuimos, con la esperanza de lo que seremos.
Quedan pasos-los dados, los que vamos a dar-; bocas con promesa de besos, con sabor a mordiscos furtivos; y miradas desde unos ojos que vieron y dejaron de ver para mirar.
Quedan trescientos sesenta y cuatro días. (jejeje)

INDIA dijo...

Los recuerdos aveces nos refugian en su esencia, y volvemos a vivir de nuevo, y nos dan alas por lo que fue, y por lo que puede volver a ser.

Un saludo.

India

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